Cada época genera sus propios ruidos, sus propias distracciones. Hoy, como siembre, el ruido del hambre, la miseria y la pobreza ensordece a la mayoría del planeta. Otros pocos somos distraidos por la abundancia, el deseo y otras mil preocupaciones. En el fondo siempre miedo, culpa y ruido.
Retomo hoy a Facundo Cabral, su música y su mensaje. Y como dice mi primo Antonio, a vivir con Arte...
10 febrero, 2010
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