En el solsticio de invierno muta la oscuridad en luz y la Tradición lo celebra y contempla con alegría. Nuestra intuición nos dice que este tiempo del año es sagrado. Pese a que hoy las grandes catedrales-comerciales no ayudan a aquilatar la vida interior, todavía es posible asombrarse con el nacimento de la luz que gesta días cada vez más largos.
Hago un instante de silencio para desear a todos y a todas mucha inspiración en este tiempo que vivimos. Que podamos maravillarnos de los misterios y podamos conmovernos con ellos. Todavía podemos reconquistar el presente. Pido por ello.
