30 marzo, 2006

BUSCAR MISTERIOS


En la remota aldea de Taizé se reunen cada año miles de jóvenes buscando un misterio, esa vieja conexión que une a hombres y dioses en el dulce abrazo místico de la armonía. Reconocer esa necesidad en los pacientes y permitir que la descubran y usen en su beneficio es responsabilidad de todo profesional de la salud.

Siempre habrá listos que traten de usar estas potentes fuerzas para orientarlas hacia el consumo o la búsqueda de sensaciones estériles. La lucha de la luz y la oscuridad se muestra de nuevo ante nuestros ojos. Posted by Picasa

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me recuerdas a Soravardi, Salvadoc.¿Le conoces?. Es tu hermano de luz, aunque murió en el siglo XIII. Es el gran filósofo de la luz e inicia una saga, la saga de la luz constituída por hombres de luz que están unidos más allá del espacio y del tiempo. El escribió el "angel purpúreo", mitad luz, mitad sombra;este está dentro de cada uno y es con nuestra vida con la que vamos ganando luz a la sombra y ascendiendo en la dirección de nuestro angel de referencia, es decir, en la dirección del hombre de luz que debemos ser, el camino lo encontraremos en nuestro corazón, encontrando y siguiendo nuestro verdadedero deseo, porque cada deseo cumplido nos alumbrará y nos constituirá en el sentido que debe ser. Librarse de la falsedad, del consumismo y sobre todo de las pasiones que ensombrecen el alma nos permitirá contemplar nuestro deseo auténtico, aquel que permite que en nuestro interior encontremos el paraiso.

Anónimo dijo...

Me recuerdas a Soravardi, Salvadoc.¿Le conoces?. Es tu hermano de luz, aunque murió en el siglo XIII. Es el gran filósofo de la luz e inicia una saga, la saga de la luz constituída por hombres de luz que están unidos más allá del espacio y del tiempo. El escribió el "angel purpúreo", mitad luz, mitad sombra;este está dentro de cada uno y es con nuestra vida con la que vamos ganando luz a la sombra y ascendiendo en la dirección de nuestro angel de referencia, es decir, en la dirección del hombre de luz que debemos ser, el camino lo encontraremos en nuestro corazón, encontrando y siguiendo nuestro verdadedero deseo, porque cada deseo cumplido nos alumbrará y nos constituirá en el sentido que debe ser. Librarse de la falsedad, del consumismo y sobre todo de las pasiones que ensombrecen el alma nos permitirá contemplar nuestro deseo auténtico, aquel que permite que en nuestro interior encontremos el paraiso.

 
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