el arbol

El baobad tiene una gran vida interior. Para sobrevivir en el desierto no queda otro camino. Quizá podamos aprender de él a conservar la ilusión y la paz como tesoros que den sombra a otros. 

subí al Kilimanjaro

Hoy estuve hablando con el gerente. Está preocupado por el exceso de papeles que inunda las consultas y las conciencias de sus trabajadores. Buena preocupación. Le contesté que me gustan mas las conciencias que los papeles. Nos dimos la mano y cada cual a su tarea. 

BUSCAR MISTERIOS

En la remota aldea de Taizé se reunen cada año miles de jóvenes buscando un misterio, esa vieja conexión que une a hombres y dioses en el dulce abrazo místico de la armonía. Reconocer esa necesidad en los pacientes y permitir que la descubran y usen en su beneficio es responsabilidad de todo profesional de la salud.

Siempre habrá listos que traten de usar estas potentes fuerzas para orientarlas hacia el consumo o la búsqueda de sensaciones estériles. La lucha de la luz y la oscuridad se muestra de nuevo ante nuestros ojos. 

Volar

No hace falta tener una astronave para perseguir estrellas. Tan solo es necesario mirar al cielo.


En mi caso puedo hacerlo todas las noches, la contaminación lumínica es moderada en mi casa. En cualquier caso qué importante es tener el centro de gravedad apoyado en algo tan sutil como una lejana estrella. 

En mi interior vi estrellas

En el antinguo Egipto Osiris era el encargado de pesar el alma del difunto en su largo viaje por lo invisible. Dicen que el alma pesa 21 gramos. En cualquier caso es bueno mirar en ella, aunque sea através del ojo de alguna cerradura, de las muchas que guardan nuestro castillo interior.

La dificultades de la vida son menores si conseguimos contactar con esa gravedad interior que dota de peso a nuestra alma, un peso liviano por cierto. ¿Pesa más el alma de un insecto o de un perro que la nuestra? solo Osiris puede saberlo.