La sabiduría de la risa nos enseña los hilos,
invisibles y ciertos que nos unen,
todo fluye suavemente entre los seres
bañados por las aguas del mismo mar.
Si nos sabemos Uno no atacaremos más,
si nos sabemos uno seguiremos perdidos.
Por eso necesitamos los números primos
para recordar que somos muchos,
impares, únicos e indivisibles,
poblando un mundo misterioso y sin fin
dentro de un espacio matemático
que gira alrededor de otros.
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