15 enero, 2010

Todos formamos parte de círculos de luz.



El Ser Humano visto desde una dimensión axial es una unidad de conciencia en equilibrio dinámico con otras de diferente nivel y cualidad. No es posible el aislamiento. La conectividad es consustancial al Ser. De este modo, desde la concepción podemos observar como la biología nos regala un viaje entrópico por miles de planos celulares, histológicos, orgánicos... hasta alumbrar y pasar al plano social. Dentro de este inmediatamente se forman círculos familiares, gregarios, comunitarios, laborales y de relaciónes multiidentitarias. La imagen de un punto sobre el que grabitan muchos orbitales es apropiada, la física de partículas es buen reflejo de lo que trato de exponer.

Si al plano Humano actual le añadiésemos una nueva vibración de conciencia, podríamos aventurar que una nueva propiedad emergente surgiría y un nuevo paso evolutivo sería dado.

Cada vez queda menos para llegar a la singularidad. Conciencia o extinción.

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