El problema sobreviene cuando la gente se emociona más ante los colores de su equipo de fútbol que ante el sufrimiento ajeno. Y es aquí donde, por desgracia, parece que ya estamos.
Al fundir literatura, arte y contemplación, conseguimos humanizar la técnica de sanar. Este cuaderno es la estela de ese proceso. Sigo aprendiendo, sigo caminando...
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