¡Dejad atrás las naves!
¡Dejad atrás las armas!
En esta nueva tierra
no serán necesarias.
Entrad desnudos,
entrad descalzas.
Sois hijos del mar y la leyenda,
hijas de la lluvia y el trueno.
Os basta la mirada
y la palabra que os dieron.
Es verdad, el infinito existe
y vosotros sois sus moradores.
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