En estos momentos vienen a mi conciencia los nombres de un amigo y una amiga que están buscando ángeles. En las rotondas de la vida necesitamos indicaciones, señales que nos ayuden a llegar. Nos pasamos la vida llegando. Espero que encuentren ángeles luminosos y radiantes que alegren sus caminos.
En la consulta recorro los laberintos habituales, padeciendo los demonios antiguos, locura, idiocia, mala leche... todo aderezado con intensos olores corporales e intestinales que en esta época del año se ponen rabiosamente de moda. Estoy cansado. También yo necesito encontrarme con un ángel.
